resulta que estaba lo más tranquila en MI colectivo (sí, ya me lo apropié después de viajar casi todos los días desde el 2004) el cual estaba lleno. con lo cual me puse al lado de la segunda puerta, con una mano en el caño y otra en el apoya-manos del asiento. hasta ahí todo bien. aparece una mina de aspecto desagradable y se queda abajo (ya que había un escalón de diferencia), agarrada del mismo caño que yo. pero no! no fue suficiente. tuvo que subirse a donde estaba yo, empujarme y poner su brazo estirado demasiado cerca de mi cara, agarrandose del barrote de arriba de todo. durante los siguientes 15 minutos nos la pasamos empujandonos, poniendonos caras feas y sin decir una palabra. yo no pensaba soltar el brazo del caño, hasta que.. wow! me dejaron un asiento. TOMÁAAA!

fueron unos 20 minutos horribles. pero ja!
I won.

2 comentarios:

Leandro dijo...

jaaj esas situaciones desagradables de la vida cotidiana!. Todo pasa. Beso

Unknown dijo...

odio a las viejas desesperadas de asiento, las odio mucho, y las vivo a diaro, a ellas y a los villas escuchando cumbia con sus celulares, como si me interesara...

grrrrrrrr!

PD: tu captcha (las letritas de abajo) es re rompebolas!

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